El 20 de julio en el AT&T Stadium en Arlington está pautada la pelea entre Mike Tyson y Jake Paul que contará con la transmisión de la plataforma Netflix.
Pero dicha pelea podría enfrentar obstáculos debido a pruebas médicas inusuales que Tyson deberá pasar antes de subirse al ring.
La Texas Department of Licensing and Regulations (TDLR) le exigirá al ex campeón mundial de peso pesado, que tendrá 58 años en la fecha del combate, someterse a diferentes exámenes de electroencefalograma (EEG) y electrocardiograma (EKG) para evaluar su aptitud física.
Estas pruebas buscan identificar posibles trastornos cerebrales y problemas cardíacos, respectivamente, según comunicó Tela Mange, gerente de comunicaciones de la TDLR.
Si Tyson no pasa estas pruebas con éxito, no podrá competir. Todavía no se ha definido si el combate será profesional o de exhibición, ni el número de asaltos.
Además de que, sin contar la exhibición con Jones, lleva 20 años sin subir al cuadrilátero, Paul es mucho más joven que él. El youtuber, que busca conseguir entrar en las listas de los organismos de boxeo y que se le tome en serio en el deporte, tiene 27 años, por lo que el veterano le saca 31.
A pesar de la diferencia de edad, Tyson ha compartido vídeos de sus entrenos en los que se ve que está en plena forma y que su pegada no ha perdido potencia.